Por la organización revolucionaria de la mujer
Contra el capitalismo y por el socialismo
El movimiento feminista en España ha concurrido dividido por segunda vez a la manifestación del 8 de marzo. La primera división fue escenificada por la reacción del movimiento feminista tradicional a la aprobación parlamentaria del proyecto del gobierno “más progresista de la historia” de la denominada Ley Trans en 2022. Ahora por la aprobación de la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual
Era de conflictos…
El movimiento feminista en España ha concurrido dividido por segunda vez a la manifestación del 8 de marzo. La primera división fue escenificada por la reacción del movimiento feminista tradicional a la aprobación parlamentaria del proyecto del gobierno “más progresista de la historia” de la denominada Ley Trans en 2022. Ahora por la aprobación de la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual. Una ley, la primera, que estableció el principio de que la determinación del sexo es declarativa y obedece a la inclinación sexual del declarante. La vieja guardia feminista española reaccionó con virulencia contra esa decisión que, afirmó, diluye el papel de la mujer en la multiplicidad del género entendiendo como tal a las formas innúmeras del goce sexual que da al transexualismo la opción de definir su género, además de un cúmulo de otras divergencias como los vientres de alquiler. Este año la lucha dentro del movimiento feminista se ha desatado por la denominada Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual.
El debate en torno a esta ley ha dejado a la coalición de Gobierno entre Unidas Podemos y PSOE al borde del cisma. Aunque, todo hay que decirlo, por parte de Unidas Podemos se trata más de aspavientos con fines electorales que de cualquier voluntad de ruptura. La coalición entre Izquierda Unida y Podemos necesita oxígeno al final de una carrera de entregas de los derechos sociales, vendidas como conquistas, y la única fórmula que le queda es la de hacer ruido. Por si faltara poco acaban de pactar el último rizo de la reforma de las pensiones. La llamada ley “del solo sí es sí” introdujo en el concepto penal español el principio de que una mujer no debe defender que se opuso a su violación para que su violación sea considerada tal. Ocurre que el proyecto de ley se hizo con tan mala fortuna en términos de tipos penales que 700 violadores, abusadores y maltratadores sexuales fueron puestos en libertad porque los tipos penales que se les aplicaron eran más duros que los aprobados en la nueva ley. En la jurisprudencia española, como en la de la mayor parte del mundo, una reo puede solicitar una reducción en las penas si estas se modifican a la baja.
Podemos se opuso de plano a que la ley estrella que impulsó el Ministerio de Igualdad, cuya ministra es la dirigente de Podemos Irene Montero, se reformara pos facto para evitar que los reos se siguieran beneficiando de estas reducciones de penas. Acusaron a los jueces de ser los responsables de la aplicación de este beneficio y el ministerio Fiscal recomendó a los jueces no aplicar el beneficio a los convictos. Una recomendación que se hace a sabiendas que en los tribunales superiores se atendería la petición. Sorprende por otra parte que UP no tuviese en cuenta que la judicatura española es el riñón mismo de la reacción política y no hubiesen previsto que sin depurar el sistema judicial este parto se presentaba de nalgas. UP legisla para que le aclame la galería y no en el legítimo interés de las trabajadoras. El aparato judicial controlado por la derecha le ha puesto el pié en la cabeza al gobierno varias veces. Le impidió entre otras cosas que el senado tratara una reforma en el mecanismo de elección de miembros del Tribunal Constitucional y del Consejo General del Poder Judicial, ya aprobada en el Congreso.
Finalmente el partido mayoritario en la coalición, el PSOE, decidió presentar un escrito de reforma para restablecer tipos penales en línea con los que existían. UP puso el grito en el cielo y acusó al PSOE de traición y dijo que una modificación de tipos penales podía (sic) abrir las puertas a que se volviera al estatuto anterior en el que la mujer debía demostrar que “había abierto las piernas” bajo violencia como afirman algunos dirigentes de Podemos. En tanto que UP, y parte del bloque de la investidura se opusieron a la reforma, el PSOE aprobó el escrito de reforma para su pase a debate con los votos del Partido Popular, es decir la iglesia y la reacción más abyecta, aunque no cuentan con el apoyo de Vox. La pantomima de UP está destinada defender su presuntamente insuperable ley. Mucho ruido y pocas nueces. En 2022 con Irene Montero en el Gobierno 49 mujeres fueron asesinadas por violencia de género en España. Esto pone de relieve que la violencia contra la mujer no es un problema de orden público sino una verdadera lacra social cuyo avance es incapaz de detener el estado burgués.
Engordan el caldo capitalista
Mientras el feminismo de género pretende la fragmentación de los derechos de la mujer, y se enzarza en debates estériles como el que ha rodeado a la ley de Libertad Sexual, algo que se fía al orden público “para que las mujeres puedan volver solas a casa de noche sin temor” como ha señalado la ministra Montero, en España rige una brecha salarial entre hombres y mujeres del 20%, no hay guarderías en las empresas que permitan la incorporación adecuada de la mujer al trabajo desincentivando su posibilidad laboral, y las inspecciones de trabajo omiten las condiciones de salubridad en el que muchas trabajadoras desempeñan su actividad con la supervivencia de los talleres clandestinos, el trabajo a destajo, y los contratos precarios.
En febrero la trabajadoras de Inditex, la empresa dueña de Zara y multitud de marcas de confección, lograron un importante triunfo salarial con un incremento de entre el 20% y el 25% tras meses de lucha con una organización independiente que rechazó numerosas propuestas de la patronal. Propuestas que fueron, eso sí, arropadas por los sindicatos mayoritarios CCOO y UGT. En diciembre de 2021 fueron las mujeres de los trabajadores del metal en Cádiz las que se enfrentaron a las tanquetas enviadas por el ministerio del Interior del Gobierno más progresista de la historia a las barriadas obreras para “ablandar” la resistencia obrera, algo que la ministra de trabajo comunista Yolanda Díaz parece olvidar. Fueron sus mandados de CCOO y UGT los que levantaron esa huelga entre gallos y medianoche para evitar que estallara una huelga general nacional. Para mayor agravio, Raquel Rodríguez, la mujer que se enfrentó a las tanquetas en Puerto Real el 22 de noviembre de 2021 y denunció la acción represiva ante la televisión, fue citada a declarar por un delito de injurias. Raquel se negó a aceptar la acusación y la vista de su juicio se va a celebrar el próximo 18 de mayo. ¡Y de eso qué opina Unidas Podemos! ¿Cuestión de género o lucha de clases?
En el gobierno de España hay 14 ministras y 8 ministros. Pero a las mujeres las matan como moscas. El Gobierno aprobó el 7 de marzo, en vísperas de la dividida manifestación del día de la mujer, una ley de paridad para que las empresas tengan que incorporar al menos un 40% de mujeres a sus consejos de administración. Es decir están preocupados por asegurar a las hijas de la burguesía un reparto adecuado de la tarta de la plusvalía extraída a las obreras y obreros por parte de las grandes empresas españolas. La idea de que lo que prima es el género y no la ubicación en la escala de la producción capitalista lleva a estas aberraciones. Hacer bandera de dar más participación a la mujer que está en la cumbre de la pirámide de explotación es ocultar que lo que se reparte es la obtención de un beneficio personal arrancado bajo la forma de plusvalía a las trabajadoras. Sobre esto, nada han dicho ni la ministra de igualdad Irene Montero ni la ministra de trabajo Yolanda Díaz.
En su introducción la ley Integral de Garantía de Libertad Sexual afirma que: “La ciudadanía supone el ejercicio de todo un conjunto de derechos humanos ligados a la libertad y a la seguridad, …pero también con las relaciones personales y la capacidad de decisión sobre el propio cuerpo. El acceso efectivo de las mujeres y las niñas a estos derechos ha sido históricamente obstaculizado por los roles de género establecidos en la sociedad patriarcal, que sustentan la discriminación de las mujeres y penalizan, mediante formas violentas, las expresiones de libertad contrarias al citado marco de roles”… Mientras tanto, en España las ONG, la policía y algunas instituciones oficiales calculan que hay no menos de 45.000 mujeres dedicadas a la prostitución. La cifra, admiten, se queda corta porque hay pisos clandestinos en los que se ejerce la prostitución en un régimen de tolerancia alegal. Pero, he aquí que según las estimaciones oficiales entre el 80% y el 90% de esas mujeres prostituidas son inmigrantes ilegales y son explotadas por mafias y cadenas de prostíbulos regentados por españoles. Eso es explotación capitalista pura y dura.
Prostitución, el gran negocio capitalista
Sería interesante que los y las feministas de género explicaran donde está aquí la cuestión del patriarcado y el machismo, porque lo que salta a la vista es que se trata de la explotación de un inmenso negocio capitalista. España, un país con grandes ingresos por turismo ofrece la prostitución a los visitantes extranjeros de forma masiva. El Instituto Nacional de Estadística (INE) calcula que la prostitución representa el 0,35% del Producto Interior Bruto de España (PIB) medida por un rasero que sabemos que deja al menos un 50% del negocio fuera de las cuentas. Pero ese dato supone 4.200 millones de euros al año con el PIB actual. Quiere decir que la explotación capitalista de la mujer en la prostitución es equivalente a la quinta parte de los salarios de la administración pública española.
La revolución burguesa abolió el patriarcado y estableció la libertad formal de los ciudadanos ante el estado. El capitalismo como todo régimen de explotación que sucede a uno anterior conserva al menos en parte aquello que le viene mejor a su sistema de producción. El sometimiento de la mujer le viene bien a su negocio, para deprimir el salario de los trabajadores o explotar a la mujer mediante el sistema capitalista en la prostitución. Calificar a esto de patriarcado pretende resguardar y asegurar la supervivencia del régimen de explotación del hombre por el hombre: el capitalismo, disfrazando el problema de organización patriarcal. El aparato del estado bajo el capitalismo no es patriarcal es el aparato de dominio de la clase poseedora sobre la clase desposeída.
El gobierno del PSOE-UP se ha volcado de forma decidida en favor de la guerra de la OTAN en Ucrania. Son las mujeres, los ancianos y los niños los más afectados por cualquier guerra. Mientras España incrementa el gasto en defensa hasta el 2% del PIB, envía municiones, blindados, tanques, cañones y material diverso a la guerra, permite que el deterioro de la sanidad pública progrese de forma desenfrenada mientras culpa a las autonomías del Partido Popular por este deterioro y oculta que se trata de derogar la ley 15/97 para frenar en seco las privatizaciones. La guerra ha puesto a la orden del día la posibilidad de un holocausto nuclear en Europa. Pero de esto el movimiento feminista se ha olvidado. Las mujeres que se declaran feministas lideran ministerios, gobiernos y organismos multilaterales que acaudillan la guerra de la OTAN en Ucrania. Empezando por la ministra de defensa española.
En los frentes de guerra las mujeres son violadas, se convierten en carne de cañón a ambos lados de la línea del frente. La guerra crea generaciones de huérfanos y destroza las familias. La guerra atenta contra los intereses de los trabajadores al dividirlos y separarlos de su interés común: el derrocamiento del capitalismo. Esta guerra que nos amenaza con una catástrofe nuclear está por parte del imperialismo al servicio de la conquista del espacio ex soviético, Rusia y el Asia Central. Por parte de Rusia se trata de la defensa de los intereses de su casta de oligarcas, beneficiarios de la privatización de los activos del estado ex soviético, esto es, el capitalismo local. De esto el feminismo de género no ha dicho una palabra. Han olvidado el papel histórico de la mujer en la lucha contra la guerra y por el socialismo. El feminismo de género entronizado en el gobierno no ha planteado ni siquiera la derogación del trato preferencial con el Vaticano y la ministra Yolanda Díaz ha visitado al Papa y ha declarado: “comparto agenda con Francisco”. Es decir con la máxima expresión del sometimiento de la mujer. parece que en el estado teocrático del Vaticano el patriarcado no circula, solo el abuso sexual generalizado y la defensa de los intereses del capital.
La organización de la mujer
En el centro de la violencia contra la mujer está el capital y el aparato del estado que lo ampara y representa y la mayor defensa que tiene la mujer en contra de su explotación es su auto organización. Su organización en barrios y distritos contra la trata y la explotación sexual. Su organización en el seno del movimiento obrero para luchar por la igualdad salarial y sus derechos laborales. Su organización en la juventud para hacer frente al atropello de las bandas de delincuentes que atentan contra su vida y su libertad sexual. Su organización para impedir la expropiación de su vivienda por la usura bancaria. Su organización para erradicar el tráfico de drogas en los barrios obreros. Su organización para frenar la violencia en el seno de su familia. Y la forma superior de organización de la mujer contra el capital, contra la trata, por la igualdad social, por la igualdad salarial, contra el desempleo juvenil y el tráfico de drogas que envenena a la juventud, contra las expresiones machistas en el seno de la familia, es su agrupamiento en un partido obrero independiente de la burguesía y la burocracia. Un partido por la revolución, para derrocar al capitalismo y establecer el socialismo.